--Prólogo a El mundo como voluntad y representación, Arthur Schopenhauer
Delicadas pasan las horas
las hojas
compartidas en nuestras mitades
cuando engendramos lo que es
y lo que nos deja ser.
Este vehículo sutil
que no por no ser nuevo
deja de ser novedad
nos garantiza cuando menos una cosa:
la posibilidad de algo parecido a la empatía.
1 comentario:
me mató.
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