"El maestro Zen Mu-nan tuvo un único sucesor. Su nombre era Shoju. Al haber completado éste sus estudios de Zen, Mu-nan lo llamó a su cuarto. "Me estoy haciendo viejo" le dijo "Y que yo sepa Shoju, tú eres el único capacitado para conservar esta enseñanza. Aquí tienes este libro. Ha sido pasado de maestro a maestro durante siete generaciones. Yo mismo he añadido también algunas notas conforme a mi entendimiento. El libro tiene un gran valor, y te lo entrego como símbolo de la sucesión".[...] Daba la circunstancia de que ambos estaban hablando frente a un brasero. Al momento de sentir el libro entre sus manos, Shoju lo arrojó sobre los carbones encendidos. No tenía interés en poseer nada.Mu-nan, que nunca se había enfadado antes, exclamó "¡Qué estás haciendo!"Shoju le devolvió el grito "¡Qué estás diciendo!" "Carne de Zen, Huesos de ZenPalabras como "maestro" o "alumno"
muchas veces pierden el sentido.
Pero sólo para los que creen en esas palabras.
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