Hay un discurso para los muertos,
hay ojos que se miran,
explicaciones que se piden a nadie que las pueda dar.
Están los que quedaron
los que no pueden hablar más
porque se les acabó el tiempo.
Está todo dicho
y está el pasado
frágil como nosotros.
En el silencio que no buscamos
que no aceptamos
que negaríamos si no fuera nuestra voz
se puede por fin ver el espacio
y se aprende a respirar
y decimos: "pero si era tan fácil"
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