En una historia que nunca escribí, una persona descubría la montaña rusa perfecta. Tan perfecta era que cada vez le costaba más bajarse de ella. Finalmente, este personaje se quedaba a vivir en la montaña rusa, cosa que no es nada fácil, sobre todo si a uno le gusta tomar el té.
1 comentario:
Ja, ja. Buenísimo, Nacho.
Me encanta este blog.
Si podés andá a ver "Los paranoicos".
Un beso.
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