Hubiese sido extremadamente tentador pensar que la taza -ese objeto mágico- había sido comprada a una gitana en una feria escondida al final de una ruta desierta, pero la realidad era mucho menos elegante, y quizás consecuentemente más perturbadora, porque esa taza provenía de un simple supermercado de barrio.
Goce, deseo, sin-sentido...
Hace 3 años
1 comentario:
Si el supermercado de barrio es chino, ahí está la cuota de exotismo y polilinguismo que nos permite disparar la acción hacia lo bizarro o extraño.
Feliz 2010. Nos encontramos en el blog.
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