Las estaciones respiran entre tus ramas.
El aire que exhalás, fresco,
siempre fresco,
es nuestro verso capital,
ése que nos regalás...
porque tu voz es eso: un regalo.
En la sombra de tus hojas
se siente calma dulce, queda,
como luz de sol que acaricia entre los dedos
o mañana que bosteza un día nuevo
o tarde en que tu voz reverbera,
porque tu voz es eso: un regalo.
Todos tenemos un lugar,
un lenguaje que nos vive,
y bajo un árbol,
quizás un jacarandá,
la luz al primer Buda iluminó
acaso porque entendió
que la voz es voz en el oído
y que la voz vive mientras se la quiera escuchar,
porque tu voz es eso: un regalo.