martes, 10 de febrero de 2009

En un descanso

Me hipnotizan
los copos de nieve
que vienen desde tan lejos.
Viéndolos caer, la idea de un propósito
me escapa.Y ella nieva:
nieva la noche.
Mi suspiro de amor hacia la noche,
el claroscuro de la lluvia que me estría la cara.
La felicidad se parece mucho a esto
con sus luces y sus sombras.

1 comentario:

razondelgusto dijo...

Ramalazos de felicidad, esos que nos sacuden la modorra de la rutina cotidiana y nos hacen percibir con nitidez el increíble privilegio de estar vivos.